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Gracias, Rosa Molina: Un legado de dedicación y cariño

Este mes despedimos con gratitud y admiración a una gran profesional y, sobre todo, a una gran persona: Rosa Molina, la primera wedding planner con la que trabajamos en nuestro catering. Tras 15 años de dedicación, se jubila, dejando tras de sí una huella imborrable en cada boda, cada pareja y, por supuesto, en nosotros.

Nuestros comienzos juntos se remontan a la finca La Ruana Alta, donde desde el primer momento supimos que Rosa no era una organizadora de bodas cualquiera. Ella no solo planificaba, coordinaba y resolvía; ella era la confidente de los novios, su voz y su guía en el día más importante de sus vidas

Rosa tomó las riendas de Hacienda El Alba, mientras también trabajaba con nosotros en inmensidad de haciendas externas. En El Alba continuó con su entrega incondicional, asegurándose de que cada boda fuera única y especial, dejando siempre su sello de calidad y dedicación. Hasta el momento de su jubilación.

Pero lo suyo iba más allá del deber. Hacía trabajos que ni le correspondían, porque para ella cada boda era más que un evento, era una historia única que debía salir perfecta. Se convertía en mensajera entre los novios, supervisaba la iglesia, incluso hacía de taxista cuando hacía falta. Siempre atenta, siempre entregada.

Si tuviéramos que definirla en una sola palabra, sería EXCELENTE. No solo como profesional, sino como persona. A lo largo de los años, tanto ella como su marido Juan y su familia se han ganado un lugar en la nuestra, la familia Catering Joaquín Jaén , y esperamos que así siga siendo siempre.

Desde el corazón, gracias, Rosa, por tu fidelidad, por tu entrega y por tu amistad. Te deseamos una jubilación llena de momentos tan felices como los que has regalado a tantas parejas. Te lo mereces, porque siempre has sido una mujer trabajadora de las que no duda en ensuciarse las manos para que todo salga perfecto.